jueves, 20 de enero de 2011

¡¡¡no gracias!!!


Hemos tocado el tema del reciclaje en varias oportunidades, buscando datos, referencias e indicaciones para que se transforme en un aspecto más de nuestras vidas, incluyendo entre las prácticas el compostaje. Pues bien, lo que ahora realmente resume el tema para nosotros como equipo, es que la solución es manejar nuestra basura desde la primera aproximación a un producto: La idea es lograr generar menos basura.
Cómo se logra esto? Con una frase simple y directa: No gracias! No gracias a la bolsa de plástico, a los productos con exceso de envoltorio, a los papeles publicitarios en la calle, a los productos que no son esenciales, a los envases no reciclables. Y en esta lista incluimos no sólo lo que entra en la definición de basura, sino lo que implica un desbalance ambiental como los productos que han recorrido largas distancias, a los materiales tóxicos, como el plumavit (poliestireno expandido) o el asbesto, o los agroquímicos.
Según las cifras, un ser humano produce alrededor de un kilo de basura al día, además de los datos técnicos conocemos el caso concreto de una lectora que es además uno de los asesores de Veo Verde: Karin Michaelis (Micha) que hace experimentos sobre el tema en relación a volúmenes. Para los que lo quieran probar es cosa de llevar consigo una botella de al menos un litro e introducir en ella todos los envoltorios, papelitos y boletas que se juntan en un día y ver cuanto se llena. Esto mismo con la basura limpia antes de introducirla en las botellas es lo que se llaman ladrillos de plástico y con los cuales Micha está aislando su casa en el Sur de Chile.
El punto que resume esta aproximación a la basura desde la frase No gracias, es que hay mucho por hacer con los que ya generamos, pero que lo mejor sería simplemente generar menos.

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